A veces podemos ver en televisión noticias en las que se informa como programadores y pequeñas empresas desarrollan una aplicación para teléfonos móviles y que, una vez puesta en el mercado, consiguen ganar bastante dinero con ella. En algunos casos se llega incluso a crear una especie de millonario imperio alrededor de la aplicación (es el caso de aplicaciones como Angry Birds, Apalabrados o Candy Crush).
Obviamente desarrollar aplicaciones para los teléfonos móviles requiere tener conocimientos de programación, pero todo se puede aprender y en Internet existen numerosos tutoriales que permiten montar un entorno de desarrollo para el sistema operativo Android de una manera relativamente sencilla.